lunes, 28 de octubre de 2019

Tipos de objetivos de logro y éxito escolar:

Analizar así estos dos tipos de objetivos:


¿por qué aprenden los estudiantes? : los objetivos de logro y su relación con el éxito o fracaso escolar hasta el momento pensar que uno es más adaptativo que el otro, en el sentido de que quien está guiado por objetivos de aprendizaje, centrado en la tarea, no sólo logrará enfrentar mejor las situaciones de aprendizaje sino que tendrá más probabilidades de éxito escolar porque siempre estará en actitud de aprender; por lo que aumentará sus capacidades, se autorregula más racionalmente y podrá lograr paulatinamente la autonomía. Pero, ¿cómo favorece el tipo de objetivos el éxito o fracaso escolar? Un estudio llevado a cabo por la investigadora norteamericana Carol Dweck (1978), citado en su artículo “Self-Theories and Goals: Their role in motivation, personality, and development” (1990) nos puede ilustrar mejor. Dweck y colaboradores desarrollaron este estudio para aclarar cuáles patrones eran adaptativos y cuáles desadaptativos frente a situaciones de aprendizaje (pág. 200). Su interés se centraba en responder dos preguntas: ¿por qué, frente al fracaso, unos niños con igual habilidad reaccionan con perseverancia efectiva mientras que otros decaen o abandonan todo esfuerzo? ¿Por qué algunos enfrentan los desafíos con entusiasmo mientras que otros los aproximan, si es que lo hacen, con ansiedad? Este estudio se propuso descubrir las diferentes facetas – cognitiva, afectiva y comportamental– del patrón adaptativo, perseverante (orientado al dominio, al aprendizaje) y del patrón desadaptativo, no perseverante, de incapacidad (orientado al desempeño). Tomaron como muestra niños que se encontraban terminando la escuela primaria y les asignaron una tarea de formación de conceptos. Con anterioridad se habían clasificado los niños en aquellos que probablemente mostrarían un patrón orientado al desempeño, de incapacidad y en aquellos que probablemente mostrarían un patrón orientado al dominio, al aprendizaje. Para determinar esto les fue aplicado un cuestionario previo. Todos resolvieron con éxito los ocho primeros problemas pero fracasaron en los siguientes cuatro que, de alguna manera, eran difíciles para niños de su edad. Para captar las reacciones al fracaso, la tarea estaba construida de manera que se pudiera identificar la estrategia del niño de examen de hipótesis, así se podía detectar cualquier cambio en la estrategia del niño cuando pasaba de los ensayos exitosos a los ensayos en que fracasa. Los resultados revelaron dos patrones diferentes, coherentes frente a los problemas de fracaso. Aunque los dos grupos mostraron un desempeño equivalente en los problemas que resolvieron con éxito, los niños con un patrón de incapacidad, dominados por los objetivos de desempeño (centrados en ellos mismos, en su habilidad), luego del comienzo de los problemas difíciles, muy pronto parecían definir que habían fracasado y rápidamente Marilyn Moreno Torres comenzaron a ofrecer explicaciones de sus fracasos. La mayoría de estas explicaciones tomaron forma de crítica a su habilidad, e iban acompañadas de un pronóstico negativo de futuras realizaciones. De hecho, encuestas específicas hechas después de los problemas en que fracasaron, revelaron que una proporción considerable de niños con un patrón de incapacidad (35%) ya no creía que pudiera resolver de nuevo alguno de los problemas que originalmente había resuelto con éxito si se lo volvieran a presentar. Por el contrario, ninguno de los niños orientados por objetivos de aprendizaje o de dominio, (centrados en la tarea), anticipó que tendría dificultades en resolver alguno de los problemas anteriores. Las encuestas post-fracaso también mostraron que los niños con patrones de incapacidad, orientados por objetivos de desempeño, tenían un recuerdo distorsionado de sus éxitos y fracasos pasados.

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